El cable del cargador del netbook hace mal contacto y desde este día no carga la batería, así que no puedo actualizar el blog. Recurro a escribirlo en papel y lo publico a la vuelva del viaje.
Tras desayunar, me acerqué solo (los demás siguen enfermos) a la Universidad Simón Bolívar en el barrio de Manga. Un bus nos llevaría durante 45’ a la misma universidad que hay en el barrio Ternera.
Pero mientras esperábamos que llegasen todos los conferenciantes empezó a dolerme la tripa :S Decidí volver al hotel y perderme el 3er día de la Ubuconla :'( Nada más llegar se confirmó mi diarrea, así que todos los españoles caímos como moscas con el mismo síntoma :S
No pudimos salir en todo el día del hotel y gracias que Fernando y Marta nos acercaron suero ;) Al anochecer también aparecieron organizadores y conferenciantes preocupados de cómo estábamos ;)
Ahí se decidió que al día siguiente se saldría en lancha hasta una playa para pasar todos juntos el día, como colofón a la Ubuconla.
Al despertar, Lu sigue mal. Como habíamos quedado en el Hospital de Bocagrande para desde ahí ir a la playa, fuímos con Fernando y Marta, pero nosotros nos quedamos en dicho hospital.
Ingresaron a Lu muy rápido, en apenas 20’, cuando en España las veces que fui por urgencias la media de espera fue de 7 horas.
Tras ponerle suero y medicamentos en vena tardaron mucho en darnos el alta, saliendo sobre las 15:00 (desde las 8:00) tras una factura de 165.000 pesos. El médico recetó medicamentos contra la deshidratación y control de la diarrea y desaconsejó el uso de Fortasec.
Estábamos esfamiaos, así que fuimos disparados a comer. Lu apenas comió y a mi me sentó mal lo poco que comí, volviendo a dolerme la tripa, por lo que me apunté a tomar la misma medicación que ella.
Al caer la tarde nos encontramos mejor y gastamos el resto del día paseando y conociendo el centro de Cartagena. No sé si es porque llevábamos un par de días enclaustrados en el hotel, pero el paseo prestó por la vida, recorriendo tiendas donde vendían de todo,
RedHat :)
Paseando por las plazas principales pudimos ver una boda en la Catedral.
La boda
Disfrutamos un par de cafés.
El mejor café del mundo
Y tras el reconfortante paseo,
Recuperando el humor tras la convalecencia
cenamos en el mismo sitio que hacía 2 días (como veis somos animales de costumbres, pero teníamos miedo a la comida de un bar típico).
Al finalizar aparecieron Fernando y Marta e hicimos una sobremesa bien prestosa.